La obra 'Contraelviento' fue creada por el principal grupo teatral peruano Yuyachkani en 1989, en el momento más álgido del reciente conflicto civil en el país. La pieza recuerda el testimonio de un indígena sobreviviente de la masacre de 1986 en Soccos, Ayacucho. Coya y su hermana, Huaco, junto con su padre, están en medio de fuerzas en conflicto que destruyen todo en el pueblo campesino ubicado en medio de los Andes donde ellos viven. Las escenas de devastación corresponden al fuego cruzado entre el grupo terrorista 'Sendero Luminoso' y el Ejército peruano que dejó a los civiles sin opciones de supervivencia. Las semillas simbólicas de la vida representarían una opción para preservar la vida, a expensas de la muerte de los campesinos. Los bailarines enmascarados y los arcángeles luchan por apropiarse de las almas de los campesinos en la ‘danza de la diablada’ o la danza del Diablo de la Fiesta de la Candelaria en Puno. Después de su muerte, las semillas de la vida son dejadas por los campesinos en la tierra, y en las manos del Ekeko, una figura constante en el escenario, que actúa como testigo de la historia, y quien transmitirá tanto las semillas de la vida, como la siguiente narración: "estas semillas me las dio una mujer que me contó una historia". La música, las imágenes y las voces llevan las tradiciones peruanas al escenario y al mismo tiempo revelan la mala comunicación entre quienes tienen el poder de ejercer o no violencia o justicia, y los campesinos que exigen ser tomados en cuenta. Las dificultades que tienen que afrontar también abarcan sus constantes esfuerzos por sobrevivir -como afirma Ekeko: "el cóndor aprendió a volar contra el viento; Ahora tienes que seguirlo.