El colectivo East Coast Artists, liderado por Richard Schechner, trae a colación este mito fundacional del Occidente al siglo XX. Esta vez Fausto es un cocinero-alquimista. La preparación y el consumo de la comida sirven cómo metáfora de los destructivos apetititos de la expansión del Occidente, que culmina en el crimen de genocidio Nazi y en el exceso post-industrial de la globalización y la manipulación genética. Schechner y sus colegas re-estructuran la historia. Mefistófeles es interpretado por una mujer vestida de hombre, pero que no oculta su verdadero género, y tiene como asistente a Hitler, quien también es interpretado por una mujer. La primera parte de la obra tiene bastante de la obra de Goethe, y narra el trayecto de la seducción de Gretchen ejercida por Fausto (con la ayuda de Mefistófeles), la cual culmina en el abandono y la muerte de la joven. Gran parte del diálogo, perteneciente a la obra de Goethe, es hablado en alemán. La segunda parte es descrita por Schechner como "la tragedia del desarrollo". En esta escena, Fausto lidera el "Primer Grupo" de corporaciones envueltas en la manipulación genética y la explotación global. Justo antes de su muerte y su condena, Fausto se encuentra con Gretchen, quien ha venido a buscarlo para llevarlo al infierno. En un punto de la obra, el arquitecto de Hitler, Albert Speer, aparece en un "talk show" justificando la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Más tarde, Fausto y un adolescente neo-nazi aparecen en el mismo programa. La escenografía está compuesta de tres mesas de madera utilizadas de diferentes maneras para contener la acción. En una plataforma ubicada en la parte posterior del escenario, el compositor Ralph Denzer lidera un pequeño conjunto de jazz.