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Artist Statement

¿Porque yo?

En 1991 comencé a explorar el escenario como creadora-interprete, desde entonces, he tenido que explicar mi trabajo y que tipo de artista soy. Por eso el tema de mi identidad artística es recurrente en mi propuesta. Busqué una manera clara y sencilla para explicarme: soy una actriz- bailarina que crea conceptos escénicos. Aun así confronté dificultades por lo que jugaba con las palabras según el público y el contexto que me enfrentaba. Para el teatro con letras mayúsculas soy una bailarina que actúa (minúscula), para la danza (mayúscula) soy una actriz que baila (minúscula). Esta falta de ubicación en definiciones absolutas, esta falta de pureza ha llevado a que un sector de la crítica del escenario me denomine performera. Sin embargo para el sector que define el “performance art” como un género independiente de las artes escénicas no soy performera. Conflicto: no soy ni suficientemente radical ni convencional.

El concepto de performance en términos generales lo conocí a través de mi relación artística con Merian Soto y Viveca Vázquez, quienes conceptual izaban y producían el Maratón de danza, performance y visuales “Rompeforma”, realizándose varias sesiones en Puerto Rico desde 1989 hasta 1996. Entendí el concepto como un género independiente de la danza y el teatro provenientes del campo de las artes visuales. Me quede con esa definición general.

Cuando la palabra performance se puso de moda en las pocas instituciones culturales que tenemos sume la misma a mi definición como artista. Lo hice como acto de manipulación para facilitar el acceso o la movilidad dentro de estas. En el 2001 participe en el segundo encuentro del Instituto Hemisférico de Peformance y Política auspiciado por el departamento de Performance Studies de la Universidad de Nueva York. En este evento intelectual-artístico fue la primera vez que sentí pertenecer a un gremio. Era el gremio de los solos o mas bien solas,en su mayoria eran mujeres que si bien nuestras propuestas y experiencia profesional eran diferentes compartíamos una similitud en cuanto a como el otro nos recibe, nos ve.

Lo que mas me interesa del concepto performance es su identidad hibrida, esa discusión inacabada en busca de una definición. He encontrado en foros sobre y de performance satisfacer mis inquietudes estéticas e intelectuales más que en un encuentro de danza o teatro convencional.

Retomando la pregunta de Aravind en aquel primer foro de ¿Porque performance?: ¿Como te defines artísticamente? Contesto hoy: soy una artista del escenario que construye conceptos escénicos. La suma de muchos pocos conforman mi artisteria: cuerpo, voz, palabra, video, objetos, vestuarios, escenarios reales y/o creados. La creación de personajes propios, idiosincrásicos ha sido una característica sobresaliente en el trabajo. Mi entrenamiento no ha sido formal ni en teatro ni en danza. El cuerpo es lo más que he estudiado. El proceso de formación ha sido fragmentado, itinerante, pero constante. Mi escuela es el hacer. Para crear o construir me armo de todo lo que contengo no importa si domine o no una destreza o información. Ante la duda y curiosidad busco, me las invento, asumo.

El cuerpo es mi punto de partida y de llegada, aun cuando haya creado un personaje o una pieza sin movimiento. La disciplina de trabajar con él como un espacio tridimensional donde convergen las emociones, la materia física y espiritual es lo que me permite enfocarme en la obsesión del momento. Es sencillo, si no me muevo mi pelvis me ataca, se comprime, me da inseguridad al sacar la voz, me pierdo. En ocasiones cuando no me sale improvisar movimientos propios busco aprenderme una coreografía o improvisación de algún colega.

Moverme me conecta con mi voz más fácilmente que si lo pienso por separado. Una vez sale la voz le siguen las palabras o viceversa. La voz y la escritura las trabajo de una perspectiva más intuitiva. La clave esta en buscar cual es la palabra como se interpreta y quien le pertenece. El vestuario y los accesorios son también elementos fundamentales en el proceso de creación.

Todavía, no dejo de sentirme incomoda con las palabras actriz, bailarina, ¿Que implica ser actriz y/o bailarina, aquí o fuera de aquí? La carga absoluta que estos conceptos contienen me distancia de ellos. No digo que no actúe ni que no mueva pero no son las únicas razones por lo que me apasiona estar en el escenario.

Del escenario me atrae todo lo que pueda ocurrir ahí. Me provoca en el arte, el virtuosismo del casi nada, la línea divisoria entre lo real y el artificio. No hay duda que me fascine la representación, trece personajes compone mi repertorio pero me gusta jugar con la no representación. La cuarta pared no me interesa tanto (aunque la use en ocasiones) como el contacto directo con el público. Me gusta olerlos, escucharlos, tocarlos y que me toquen. Mi manera de contrarrestar el miedo paralítico que a veces puede provocarme el ojo evaluador del público es ofreciéndome en su bandeja; ese frío olímpico y sádico me estimula a estar en el escenario, un escenario que puede ser un salón de clases, una cancha de baloncesto, un patio, una casa, un museo, una cámara de video, un paisaje real o hasta el mismo teatro.